Sí, ninguna sesión más de lectura, pero nos quedaba la traca final: la fiesta de graduación de nuestros abuelos. Graduados en qué: Graduados en buenos escuchantes de historias. Graduados en contadores de anécdotas. Graduados en el relato de su experiencia, de sus vivencias. Graduados en respeto y cariño, que nos lo han dado y mucho. Graduados en humanidad y gratitud. Por eso, todos se habían vestido "reguapos" y nos esperaban con alegría: sombrero superelegante en la cabeza de Vicente, corbata y chaleco llevaba José Luis, Mª Luisa tan bien maquillada y peinada, Leonor más guapetona y elegante, Ana preciosa con un vestidito azul y blanco, Pepita ni te cuento, y Guadalupe, Petra, Irene, Dora, Dori, Esteban, Zósima, Dominica, Dioni, Upe, Mª José, Chuchi, que nació con esa alegría, Conchita, Enrique, que me contó tantas cosas sobre sus lecturas, y Francisca, y Vicenta, y... Y llegado el momento Ángel cogió su dulzaina y como "el famoso dulzainer
¡¡Ojalá esto solo haya sido un comienzo!!
ResponderEliminarEso esperamos. Merece realmente la pena tanto para el profesor cómo cómo papara los alumnos.
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