Día 23 de enero de 2018. Paula, Celia y Gabriel.

El pasado martes fuimos a la residencia Paula, Celia y Gabriel. Empezamos a leer una leyenda soriana de Bécquer, Los ojos verdes.
Al llegar, nuestra profesora Pilar presentó la leyenda y nos contó cosas sobre el autor. Un joven había sido atraído hasta un bosque donde en una fuente, había una especie de ser extraño que no había visto nunca. Creyó que se trataba de una ninfa, una especie de hada del agua que estaba en la fuente y que con su belleza consiguió atraerlo hasta ella donde al final murió confundido por esos misteriosos ojos verdes que lo embrujaron.
Para leerla, Gabriel hizo de narrador y Celia y Paula se encargaron de los diálogos entre Iñigo y Fernando.
Cuando acabamos nos dieron su interpretación de la leyenda: los ojos verdes eran algo fantástico que en verdad no existía.
Para terminar les leímos otra historia, en este caso con un toque de humor, llamada "La pata de palo" de José Espronceda, autor también del Romaticismo español. Antes de contar la historia les resumimos el argumento, y una de las señoras, Guadalupe, que tiene una pierna inmovilizada por una operación, quería tener también una pata de palo que la llevara a todos lados. Cuando terminamos la historia cambió de opinión ya que esta contaba que un señor que no tenía pierna y deseaba una que le funcionara perfectamente, así que le encargó a Mr Wood que le hiciese una que le encajara bien para que no tuviera que cargar con la pierna. Mr Wood se tomó esto al pie de la letra y cuando le entregó la pierna y se la puso, el señor comenzó a andar y como había encargado una pierna que anduviera sola, no pudo parar hasta llegar al país más lejano que se conocía.
Por ello, al acabar esta historia,  Guadalupe prefirió quedarse con su pierna  a no tener una de madera y que no le dejara parar nunca.








Comentarios

Entradas populares de este blog